EL MASAJE
La técnica que suelo utilizar para dar mis masajes es una combinación elegante del masaje californiano, utilizando algunos recursos del masaje sueco, el masaje tailandés, el shiatsu y el masaje hawaiano (más comúnmente llamado loomi loomi).
Durante la sesión, y basada en una previa entrevista con el paciente, combino movimientos, estiramientos, presiones y hamacados de estas técnicas dependiendo de la necesidad del paciente. Finalizamos con unos minutos de Reiki para terminar de equilibrar la energía.
Trabajamos conscientemente con la respiración del paciente. Éste va observando cómo es su respiración, logrando hacerla más fluida, profunda y consciente para permitir la apertura del cuerpo a recibir, y así lograr una mente sostenida en el presente.
Inspirada en el ritmo de las olas del mar me permito danzar y fluir desde la calma y en el presente. El toque da una sensación de contención, confianza y empatía que permite que te relajes y entregues a vivir una experiencia única.
Esta técnica de masajes va más allá de lo físico, las manos tienen la capacidad de escuchar el dolor sin juzgarlo, simplemente acompañándolo, creando una conciencia expandida, se nos permite movilizarlo, expresarlo y finalmente soltar aquello que nos está desequilibrando.
Las presiones en los puntos más necesarios
permiten liberar las tensiones más profundas.
Trabajamos en el nervio ciático para liberar las tensiones y el dolor que nos irradia por toda la pierna.
Viajar hacia nuestro interior a través de la piel.
La piel determina el sistema nervioso, es la frontera entre lo interno y lo externo. Allí se almacenan sucesos, sensaciones y emociones. Es a través del contacto cuando sucede esta conexión entre nuestro mundo interno con lo externo.
La información archivada en las profundidades del cuerpo emerge a través de este contacto.